15_009 A sorbitos

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Música: https://www.youtube.com/watch?v=KRXc4gcobHM

JJCS_20150320

Llevaba unos días pensando en qué vida podría darle a mis próximos renglones, qué líneas podría añadir para que aquello que compartiera con vosotros invitara a vuestra lectura, y con ella animar mi entusiasmo y mantener viva la llama de vuestro calor, de vuestro … que me anima a seguir creando este paréntesis en vuestro tiempo y el mío.

Y fue al tomar, el pasado domingo, después de almorzar, una infusión en mi taza de mariposas y girasolla mariposa, el único animal que se reinventa y después de reptar es capaz de volar libremente y lucir todo su colorido bajo la atenta mirada del girasol, que siempre sigue el calor y la luz del sol– cuando me vino a la mente la importancia de la tranquilidad, del sosiego, de hacer las cosas despacio, de tomarnos, de vez en cuando,  la vida a sorbitos.

Cuando un día decidí comenzar a escribir, lo hice sin saber cómo hacerlo, sin reglas, sin métrica, sin fronteras ni barreras, simplemente escuchando el susurro de mi corazón que me iba indicando lentamente las palabras que dieran forma a esa voz que hoy sigue marcando mi ritmo, mi estilo, mi forma de ser y de ver la vida.

Compartir mis pensamientos, mis reflexiones y mis sentimientos me ha propiciado, a lo largo de los años, encontrar en el “camino” a muchas personas que entrelazan su energía entre la mía y me ayudan a crecer y seguir haciéndolo.

Tomarnos la vida intensamente no riñe con regalarnos, de vez en cuando, unos huecos en nuestro tiempo, escuchar una buena música, leer ese libro tan apetecido, escribir, pintar, tomar el sol, pasear, etc., etc., se convierten en pequeños sorbitos de paz que nos reconstituyen, que nos agradan y nos permiten una tregua necesaria para reponernos.

Después de retomar este blog, que durante algún tiempo permaneció dormido, me he dado cuenta de que cuando pones el corazón, cuando haces las cosas a sorbitos, estas cobran vida propia, y comienzan a acontecer fenómenos que antes no percibíamos, o simplemente no teníamos la sintonía más adecuada para percibirlos.

Así como el escultor le da vida a una piedra inerte y fría, el pintor hace latir un lienzo, o el escritor da calor a consonantes y vocales, todas las personas somos capaces de crear aquello que nos alinea, nos uni dos, cuerpo y espíritu, y sosegamos nuestro ritmo, dejamos de arañar tiempo a nuestro tiempo y bebemos a sorbitos del manantial de la vida.

A veces me pregunto si la vida por sí sola tiene sentido, o somos cada uno de nosotros los que verdaderamente hacemos que valga a pena, y mi respuesta es siempre la misma; somos en gran parte responsables de la vida que gira a nuestro alrededor, ya que será nuestra calma, la necesaria para degustar un buen sorbito de vida, la que nos permita centrar nuestra atención en lo que consideremos importante, la que nos dará la perspectiva que nos muestre trescientos sesenta grados de un horizonte al que podremos dirigirnos por el camino elegido.

Hoy quiero terminar con una invitación.

Todos las personas que me conocen bien saben que, para bien o para no tan bien, soy una persona sensible y sincera, y eso me lleva a escribir de esta manera, que algunos tildan de profunda y extensa, pero no puedo acallar la voz que me dicta, enmudecer el susurro que mueve a mis dedos a escribir en el teclado mis palabras, estas que ahora lees.

Existen personas que logran decir mucho sin decir demasiado, acertar y precisar, y además hacerlo con ternura y dulzura, y por ello te invito a que visites el blog de Anna Astrom (pica sobre su nombre y accede a su pequeño remanso), una amante de la vida que decidió seguir mi blog y que despertó mi curiosidad y la premió con su sencillez, con su dulzura y su naturalidad.

No olvides que a sorbitos la vida te regala sorpresas, te abraza y te acoge.

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